EL DORMILÓN




EL DORMILÓN


     Hace poco estaba hablando con un amigo que sigue en España y digo "sigue" porque ya ha estado varias veces viviendo fuera. Visto desde una perspectiva extraña, podría decirse que esta persona no tiene consciencia de cómo otras personas lo ven, en su opinión es demasiado viejo para cualquier cosa que debería haber pasado ya. Para más de uno (y de una) es una persona que debe tener más de una historia escondida, por lo demás muy válido y con una gran capacidad de adaptación y una personalidad muy interesante. No debemos olvidarnos tampoco de la valentía necesaria (que posee) para emprender las acciones que ya ha llevado a cabo. Sin embargo, ahí radica el problema, él cree que están ocultas o, con una explicación más mundana, el mundo ya ha dado otra vuelta más y han perdido su vigencia.

     Esto que acabo de escribir puede parecer una introducción inconexa. Sin hablar de nada conocido en particular ni de ningún tema del que oigamos hablar en nuestro día a día. Incluso diría que ni siquiera es algo en lo que vayamos a reparar en un futuro digamos, a corto o medio plazo. Es un daño colateral de nuestra economía. Lo peor de todo es que a largo plazo sólo lo podríamos identificar como algo que aconteció en un periodo particular de nuestro tiempo que, para más inri, es cíclico. Desgraciadamente, el hombre no tiene memoria, como ente viviente, no tiene la necesidad de recordar lo que falló anteriormente, porque entre otras cosas su propia subsistencia, la supervivencia del ser humano como historia grupal, se ha basado en no mirar atrás. Como colectivo tenemos momentos que no queremos revivir, por parte de ninguno de los bandos. La memoria, como en otras ocasiones, no nos va a ayudar con el problema que planteo. Los "dormilones" tendrán que seguir esperando su momento.

     "El dormilón" es una película de Woody Allen, de 1973, en la que un hombre "hiberna" (es congelado por error) y se despierta 200 años después, como en "Eternamente joven" de Mel Gibson, pero con un argumento completamente diferente, aunque el amor sigue estando presente en ambas. La cuestión es que este hombre atraviesa el tiempo para encontrarse un mundo tan convulso, políticamente hablando, como aquel del que era originario. En mi opinión, esta forma de congelación la encontramos también en esta sociedad en la que estamos embarcados todos, sin embargo, este proceso es silencioso, más de lo que nos gustaría o nos convendría. Se congelan voluntades, motivaciones y no sólo para aquellas personas que no tienen un trabajo (incluso durante años) sino también para aquellas personas que lo tienen: los sueños y aquellas cosas que nos mueven y que, en definitiva, son los breves espacios en los que vivimos, acaban convertidos en la dimensión "onírica" de esta vida, aceptando progresivamente (como decía Manolo García) la presencia necesaria de las arañas.

     Otros dormilones insignes producidos por esta sociedad desafortunadamente no son tan inocuos. Estos durmientes, bellos durmientes en tanto en cuanto los ensalzamos (de forma oficial), ocupan las áreas de poder. Licitan lo que los consumados cantores de nanas estiman oportuno como forma de gobernar esta sociedad, perdiéndose en planes, decisiones, movimientos a largo plazo para el "bien común", de forma que llegado el momento y la ocasión, se suben a un estrado y entonces "pretenden saber y decir lo que piensa usted, con elegantes palabras y el gesto duro, a la vez", porque soluciones, no tienen. Así, perdidos en estos vericuetos mentales, con la necesaria velocidad o necesidad en suma, nos dicen que todo está comenzando a ir bien y que podemos considerar que ya hemos salido de la crisis. Cuando estos "príncipes" de Maquiavelo vuelven a sus casas, abrazan a sus seres queridos con el mismo amor que yo podría hacerlo con los míos y saben que lo que han dicho no es cierto, en ese momento, a algunos de ellos su conciencia les pide ir con Morfeo por unas horas para aplacar el oscurantismo. Se convierten en "dormilones" por culpa de que otro les está maltratando la moral. Otros, creen en cada una de las palabras que pronuncian en sus discursos cuando dicen que todo está bien y la mayoría de los ciudadanos forman parte de nuestra sociedad de derecho. Estos, pertenecen al grupo de los dormilones permanentes, pues así es su naturaleza.

     Un caso bastante curioso es el que he descubierto en el país donde resido, Reino Unido. A raíz de la crisis y debido, en definitiva, a una forma de organizar el sistema económico en función de las demandas económicas de otro esquema aún más global, se da el caso de que es perentorio mantener a los consumidores. Es así de simple, este sistema nuestro (el capitalismo) se mantiene porque consumimos, y sin pagadores no hay movimiento de dinero ergo todo colapsa. Por eso, vemos en este país gente que no trabaja y no ha trabajado durante años y reciben ayuda del estado de forma que pueden subsistir perfectamente y mantener su estado de bienestar. Tienen todas sus necesidades cubiertas y consumen, así que son valiosos para el sistema. El problema de todo esto es que a la larga acaba generando en los beneficiarios una falta de inquietud, un sentimiento de desgana y apatía con respecto a la actividad propia (no enmarcada en una actividad económica) o a la querencia por cambiar la situación de uno mismo (otras alternativas a su forma de vida) que raya en el pasotismo lo que provoca una inacción bastante preocupante y mal vista por un cierto sector de la población. Esta inacción, si queréis, la podéis clasificar también como una forma de permanecer dormido o insensible a las aspiraciones y al desarrollo del mundo interno de estas personas, en cierto modo como un sueño, un sopor que rodea sus vidas, amortiguando la realidad y anestesiando el espíritu. Hay, como podéis ver, "dormilones" en otras regiones.

     Asi que la proxima vez que alguien nos hable acerca del amigo de otro amigo o el familiar que va en pijama por la casa y no sale o se relaciona con nadie, amén de no tener un trabajo y sentirse perdido en sus planes personales o, en general en su vida, quizás podríamos intentar comprender las posibles razones detrás de este hecho. No hace falta juzgar a nadie por la situación temporal que atraviese ni en general en ningún momento de su vida y aún a pesar de reconocer la verdad de estas palabras, lo hacemos. En último término, si podemos (y queremos) responsabilizar al gobierno de esta situación, convendría recordar que contrariamente a lo que los ciudadanos de a pie pensamos, el gobierno es responsabilidad de todos.

     Para encontrar las últimas cifras del paro en España durante el último trimestre de 2014, por favor, haz clic en el siguiente enlace: http://www.ine.es/daco/daco42/daco4211/epa0414.pdf.

     Un enlace muy interesante acerca de los "benefits" en Reino Unido:
     http://blog.rtve.es/desdelondres/2012/01/on-benefits-los-subsidios-brit%C3%A1nicos.html

     Mi agradecimiento a todas las personas que me han ayudado a escribir este articulo. Si en ellos sería una mano perdida.
 

   

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