EN EL NOMBRE DEL PADRE
Aviso para navegantes: si
alguna persona que pudiere leer este texto tuviera cualquier tipo de dolencia
y/o susceptibilidad de índole digamos........religiosa, por favor, absténganse
de seguir leyendo. El escritor no se responsabiliza de lo que su espíritu guasón
le empujo a redactar en un momento de máxima exaltación mesiánica. Dicho esto,
procedamos.
"Querido Padre (escrito en mayúscula por culpa de tu ego):
Tengo que reconocer que me gusta, bueno no solo me gusta, en realidad me
encanta. Ese sonido metálico, de engranaje mental, de las piezas encajando,
todas y cada una, terminando con esa explosión y ese pequeño obús saliendo por
el canal, el cilindro redondo y oscuro. Una de las primeras cosas que quería
hacer nada más aparecer en la tierra, era comprarme una de estas. Una Smith
& Wesson del calibre 44 como la de Harry el sucio, con su cañón largo y
gris negro. La estuve buscando por internet para ver donde me salía más barata
y me hicieron una oferta con las balas y todo, tirada de precio. De todas
formas daba igual, pagabas tú.
Por cierto que últimamente estas inaguantable. La eternidad y la gloria
se te han subido a la cabeza y no hay por donde cogerte. Es mejor simular que
uno esta malo o algo con tal de quitarse de en medio y no escucharte. No paras
de hablar, te crees que lo sabes todo: con eso de que la creación fue mi idea,
que si todo encaja perfectamente, que si voy soltando información poco a poco
para hacerlo todo más interesante. De lo que más te vanaglorias es, sin duda,
de los fieles. Siempre con la palabrita en la boca, fieles, que si tienes muchísimos
seguidores, que si te llaman de muchísimas maneras pero en realidad siempre se
refieren a ti. Te lo tienes creidísimo. Vamos, de hecho, hay veces que me
pienso muy seriamente lo de bajarme permanentemente y no subir más. El problema
es que cuando te acostumbras a estar ahí arriba, ya todo te resulta mucho más
incomodo y no apetece pasar apuros. Los problemas asociados a vivir en esta
sociedad, creados por tus "humanos", esos seres tan perfectos (según
dices) que cualquier día se nos plantan en el cielo para pedir patria y
libertad. El caso es que si no fuera por los enfados que nos pillamos, seriamos
muy felices, de hecho lo somos, pero a veces te pasas de la raya, como ayer. Me
despisto y claro, tú te aprovechas, que también hay que entenderte, tanta
bondad, tanto boato, toda la gente dorándote la píldora todo el día. Joder, eso
al final aburre, por muy buenas intenciones que tengas (que las tienes). pero
lo último ya fue ridículo. Ese esfuerzo absurdo por dirigir los destinos de la
humanidad, total que vas y les metes en la cabeza a un grupo de monjas el
partido político que tiene que ganar en las elecciones y claro, esta especie,
que de tonta no tiene un pelo y sabe lo que le conviene, pues se pone a
reclutar a todo bicho viviente que tenga capacidad para votar.
Pero esta vez no, papi. Esta vez te ha salido el tiro por la culata
(nunca mejor dicho) y no me da la gana de que los mangonees como tienes
acostumbrado. Así que con esta nota de huida, que te he dejado sobre la nube
donde duermes, te quiero dejar claro que no voy a permitir que manipules las
elecciones otra vez, especialmente si es para que salga quien ya sabemos.
Ya tendrás noticias de mí.
Te quiere siempre,
Tu
hijo Jesús AW.
PD: La "W" nunca me sale bien y también es tu culpa por lo de
Babel, por tu maldito orgullo”.
Son las tres de la tarde de un caluroso día. Un hombre vestido con una
chaqueta vaquera y la espalda y pierna derecha apoyadas contra la pared maneja
un palillo de dientes en su boca con suerte esquiva. Se lo clava en el paladar.
Por imbécil. Por intentar imitar al género humano. Después de aplacar su dolor
entre gemidos ininteligibles, se acerca a una cervecería para aplacar su sed;
desde que bajo, no deja de estar sediento, echa de menos algo o esta estresado.
En cualquier caso, la cerveza le sienta "divinamente". Está en la
calle, en los veladores del bar, intentando ver si puede localizar a las monjas
en cuestión.
El colegio, cuya dirección le había sido facilitada por algunos
querubines un poco veletas, se encuentra bastante transitado. La gente se
agolpa a las puertas para depositar su voto. El panorama, según se puede
observar, sigue siendo el típico. Jesús ve (entre otros) jubilados con sus
nietos, familias enteras que se acercan después de la comida, periodistas con
su micrófono, la seguridad, los de las encuestas, el del puesto de perritos
calientes, etc. El señor piensa para sus adentros, " no se para que leches
les dimos internet. Venga a tirar papel, vamos a cargarnos otro bosque".
Al señor no le gusta esto, ve menos gente que otros años, lo cual le hace
reflexionar acerca de todos los males por los que ha pasado la humanidad: las
pestes, el hambre, las guerras, las dictaduras, el exilio, los desastres
naturales, etc. Algunos de ellos los envió su padre, otros los crearon los
mismos humanos. Jesús piensa que la receta no estaba bien, demasiado barro,
pero es lo mejor que tienen por ahora así que tendrán que remontar de alguna
forma.
Después de horas y horas de cola, finalmente ve llegar a los culpables de
que se levantara temprano aquel día para bajar a la tierra, Una de ellas va acompañando
a un hombre en silla de ruedas que no hace otra cosa que mirar para todos
lados, aunque no vea muy bien ya que lleva unas gafas de culo de vaso que hacen
presagiar que ni llegara ni podrá acertar con la ranura de la urna. No importa,
la hermana se ofrece a ayudarle a votar e incluso acercar su papeleta a la caja
transparente, detrás de la cual hay un hombre que querría estar a esa hora tomándose
unas bravas con unos amigos o ha anulado una cita con el médico para poder
asistir. El desasosiego que sufren las hermanas, el despertar del letargo
interior que sienten, les mueve a pensar que algo muy feliz está a punto de
pasar. Sienten el gozo en el alma y tienen el corazón contento y lleno de alegría.
Aquello solo puede significar una cosa...y lo saben: el supremo hacedor (o
allegados) está en su presencia. En una primera instancia, buscan con pasión,
incluso se diría que con ansia el rostro de la virgen María, buscan su rostro y
no sus palabras ya que como todo el mundo sabe la virgen María solo habla en
arameo. Afortunadamente, para experimentar el profundo éxtasis que emana de su
manto no hace falta saber idiomas o lenguas muertas porque ella habla el
dialecto universal del amor y por ende, si te acercas a ella en invierno, también
está bien porque entre el fulgor, el gozo y el manto, quieras que no se está más
calentito.
De repente, las miradas se cruzan y los ojos se reconocen de otras vidas
pasadas, de otros miles de cuadros antes. La virgen María no ha venido, le
estaban tomando las medidas para hacerle las potencias. En su lugar, la mirada
del hijo de.....Dios, colérico, se cuela entre las filas interminables de
personas, como los rayos de sol entre las nubes de un día gris. La fuerza, la tensión,
la determinación de Cristo es tal que las monjas no pueden evitar echarse las
manos a la garganta. Esta dolorida, bloqueada, no pueden tragar saliva. Han
cometido un pecado.....y lo saben, uno muy grande para los estándares humanos
pero a los ojos de Jesucristo, que lo ve todo, es una ofensa en toda regla.
Todo lo que tiene de misericordioso y buena gente desaparece cuando le hablan
de pecados. El redentor, en ese momento, comprendiendo la desazón de las
hermanas, decide mostrar su lado más humano y perdonarlas. Con un gesto de su
mano les indica que se acerquen y le abracen como si de un padre generoso se
tratase para que sientan el calor del pecho del nazareno.
Desgraciadamente, es demasiado tarde. Las sores en su pavor desaforado
han intentado huir, rompiendo la fila al gritar "bomba, una
bombaaaa!!!", refiriéndose en vano a la canción de King África. La gente
huye despavorida y en su intento por alcanzar un lugar seguro, la muchedumbre
intersecta una vía de tráfico. Dos de las monjas son atropelladas a la limón
(pero sin limón de por medio) por un coche. El conductor trato de frenar pero
lo hizo demasiado tarde. Mientras se abre la puerta del vehículo, emana de su
interior, como si de una cruel broma del destino se tratase, una canción del
Fari. Las otras dos preladas escapan a la carrera, tan rápido como su hábito se
lo permite. El cordero de Dios persigue a una de ellas hasta un puente y la
sitia fácilmente ya que es omnipresente y esta por todos lados. La monja, al
sentirse perdida, comienza a subirse a la barandilla en un vano intento de
escapar o hacer que Jesucristo se plantee la falta de piedad de sus actos pero
el hijo del....todopoderoso se confirma en sus convicciones y continúa
avanzando. Sor Iasis no puede aguantar más la presión y se lanza al vacio pero
en el último momento y antes de tocar el suelo (como mandan los cánones) es
convertida en paloma. Un silencio se apodera de la situación mientras Jesús se
apoya en el puente y ve como el ave remonta el vuelo, posándose en la rama de
un árbol. La gente que pasa mira la imagen con una sonrisa y un profundo calor
en su corazón. El mesías sonríe mientras su boca lanza un resplandor. De la
boca de la paloma sale otro. Ya están más cerca de la santísima trinidad.
Aun falta una pecadora más por aleccionar. Jesús, que a estas alturas está
cansado de dar vueltas, se autotransporta al lugar donde esta se halla y
aparece frente a sus ojos. La monja intenta echar mano al espray pimienta que
lleva en el bolsillo interior del hábito mientras realiza tactos torpes.
Finalmente lo saca y rocía con él al hijo de.....su creador. El misericordioso
no puede ver y entra en cólera, generando una cantidad bastante considerable de
mala leche, la suficiente como para acabar pongamos.....con un planeta pero no
lo hace. En lugar de eso, pone su otra mejilla y abre sus brazos para alimentar
a la pobre de espíritu. Sor Dera, esta vez sí, escucha la llamada del piadoso,
el que quita el pecado del mundo y movida por una energía indescriptible,
siente como se sumerge en sus brazos. Su calor, la tranquilidad y el perdón que
emanan de él, la envuelven y su cuerpo comienza a dimitir del dolor, cuando de
repente.....se escucha la detonación. Una pequeña explosión controlada, el pequeño
obús de la pistola de Dios se aloja en su cuerpo y poco a poco, la abducida
comienza a desmoronarse sobre el suelo mientras el único se yergue como el
salvador entre la sinrazón electoralista de su padre. Un chihuahua que acaba de
contemplar toda la escena (hasta donde sus ojos se lo permitían), mira al alfa
y omega fijamente. Este, al sentirse juzgado, responde a su inquisitiva atención
con un "¿qué?". El chihuahua decide seguir su camino.
De vuelta al lugar donde se produjo el accidente de tráfico, Jesús
examina como el resto de la muchedumbre, a las dos siniestradas. Hay una carta
junto a una de ellas. El sabe que ya no tiene importancia y que no debe tocar
pruebas de la escena pero la curiosidad empieza a corroerle. Por quien iban a
votar las monjas? Nunca ha visto un voto de un mortal. Ya no puede aguantar la tensión
mas, empieza a morderse las uñas, a rascarse los brazos y morderse los labios.
Esa carta tiene que ser suya a cualquier precio. Como una vez vio hacer a su
amigo Moisés, con un golpe de su pie (en realidad varios) el gentío es apartado
y alcanza a coger la misiva. Al abrirla, el peor de sus temores se confirma.
Una sola frase, con exclamaciones, le sume completamente en el estado más
vergonzoso que ha conocido:
"¡¡¡¡¡INOCENTEEEEEE!!!!!".
Firmado: Tu padre (o sea Dios).
FIN
Este breve relato es pura invención. Sin embargo, lo que muestra este
enlace no:
http://www.eldiario.es/andalucia/huelva/Aracena-Puede-electoral-manipulacion-ancianos_0_392311622.html
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