A ECONOMIA DA VERDADE



A ECONOMIA DA VERDADE






     Bueno, su propio nombre lo dice. La verdad también sufre la tan llamada "austeridad" y es difícil de escuchar, no sólo por cuestiones de disponibilidad sino también por razones emocionales: no siempre nos gusta oírla y no es, por lo general, lo que creemos. Sim embargo, ¿qué tiene de importante o incluso de mística que resulta tan difícil de encontrar?.

     La primera razón o motivo por el que esto es así, en mi opinion, tiene mucho que ver con la naturaleza sintiente o la vertiente sentimental de nuestro intelecto. Si fuéramos máquinas con nula capacidad de entender la trascendencia de las noticias o inlcuso ninguna empatía que nos conectara con ningún otro ser viviente sería mucho más fácil transmitir la verdad, no habría dolor detrás de nuestras palabras, no habría subterfugios ni necesidad de atajos porque la distancia más corta sería siempre la única y se hablaría en términos de nunca y siempre de forma realmente absoluta o simplemente ni existirían. En términos humanos, el "nunca" y el "siempre" duran lo que la vida eterna de Sabina*.

     ¿Qué es eso tan escurridizo al final de una frase sin doblez?, ¿por qué es (a pesar de los efectos físicos) tan fácil mentir y tan complicado decir la verdad?. Si conectamos la tele a cualquier hora del día , veremos que en determinadas ocasiones, los programas abandonan sus espacios y seguidamente, la historia de alguna persona, supuestamente anónima que te cuenta su problema o simplemente colma una ambición o una esperanza lo hace delante de tí, con el mensaje implícito de que tú podrías hacer lo mismo o incluso mejor, que si quieres ser feliz tu deberías hacerlo también. La pregunta que asalta mi cabeza ahora mismo es la siguiente: ¿es verdad lo que dice el anuncio?. Como decía mi profesor de termodinámica, D. Francisco Sánchez Burgos (inclinen la cabeza): "depende". A mí, en particular, por ser bastante agnóstico y cada vez más cínico, me parece que no. Conducir un audi o un mercedes no me ha producido más placer que un peugeot 206 o un escarabajo, nunca llevo reloj porque me parece accesorio, me visto casi de milagro y no tengo paladar, con lo que muchos de los productos que me venden son un poco inútiles pero ese es mi caso personal. Entiendo que en otros casos no resulta así.

     He hablado del caso de la televisión, como podría haber hablado de la radio, los periódicos, internet, etc. La verdadera idea de lo que quiero decir viene de la mano de lo etéreo de la mentira y hablo de ella porque todo lo que se escape de la mentira, por omisión, es verdad. Es tan grande su uso que la prensa y los medios de comunicación han dejado de ser el cuarto poder, ahora lo es la mentira. Lo importante no es que digan cosas (supuesto que todo sea verdad) sino lo que dicen (de qué forma adornan la verdad). Si hiciésemos la cuenta de las personalidades, los personajes prominentes que nos mienten, tendríamos una lista tan extensa que se volvería aburrida: políticos, toreros, futbolistas, árbitros, jueces, maestros, historiadores, los que hicieron historia y los que la escribieron. Todos. Una visión, en este sentido, merece la película de Ricky Gervais, "la invención de la mentira".

     Dicho todo esto, creo que debería volver al sujeto más importante en este fino arte: el que escucha. ¿Es la mentira causada por las esperanzas del interlocutor?, o incluso mejor, ¿está la mentira hecha a la medida del oyente, ¿merecemos que nos mientan?. Yo, aún a pesar de la sombra de la depresión detrás de la oreja, tiendo a pensar que este es un juego del tipo de la gallina y el huevo. Yo creo que en caso de duda fue antes el mentiroso que la necesidad de la mentira en parte porque podríamos ser educados en aceptar la realidad y vivir desde un punto digamos más sano que el de "esperar" que no deja de ser un truco mental para no estar en el presente. Decididamente, creo que si aceptaramos lo que es y en todo caso, trabajaramos para vivir en consonancia con esto seríamos a la larga mucho más concientes y por ende, partícipes de la alegría de una forma mucho más natural y más cotidiana. Por todo esto, pienso que cuando desde esta sociedad (que todos hemos creado), nos mandan el mensaje de que existe un Olimpo o un cielo que debemos alcanzar o que justifica todas las cosas inconexas, sin explicación, las mentiras, las muertes, las guerras y en definitiva, todo aquello que el ser humano se esfuerza en justificar sin un motivo digno ni plausible, deberíamos volver la vista y decir aquel consabido refrán español de "a otro perro con ese hueso".

     Minutos musicales sobre la mentira:
     https://www.youtube.com/watch?v=OxvszKwW2UA
     https://www.youtube.com/watch?v=SUYiugTpu8g
   
     *Extraído del verso de la canción de Joaquín Sabina "Nos sobran los motivos": "qué poco rato dura la vida eterna, por el tunel de tus piernas entre Córdoba y Maipú":
     https://www.youtube.com/watch?v=WtskRgqQOhw
      


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