Menos es mas
MENOS ES MÁS
Definitivamente.
Hoy estaba escuchando a primera hora de la mañana la canción de Serrat "Se equivocó la paloma" y el azar quiso que después la lista de reproducción empalmara (entre otras) con aquella otra "Aquellas pequeñas cosas", donde el silencio es quizá una de las principales virtudes y los principales sonidos mentales. En otro orden de cosas, la habría escuchado, como en otras ocasiones, completamente alelado y disfrutando del verso entrecortado, pero esta vez no, esta vez había mucho más detrás. Concretamente, toda una semana de silencio y de escuchas, de las palabras surgidas de la boca de gente que no conocía. Las bocas de una gente que canta como en otras épocas pretéritas lo hicieron sus propios congéneres, los llegados, los que inundaron el país desde el norte. Largas frases surcadas por palabras monótonas cargadas con la vibración que sólo el espíritu sabe dictar.
Digo esto, desde la más profunda de las admiraciones. Como bien dijo Shabad Deep, ahora se abre en nuestras vidas ese trecho, esa llanura en la que sobran las palabras, lo único que necesitamos que es entender el sonido, el murmullo que surje de nuestro corazón. No necesitamos comprender nada porque no hay malentendidos, ni dobleces, únicamente la comprensión y los embates de nuestro propio animal, el animal interior. Aquel que he temido muchas otras veces y al que he domado a base de paciencia y tranquilidad, aunque también con grandes dosis de contemplación. Mientras estaba sentado en uno de los servicios abiertos durante toda la noche para que la gente que viene del mar pueda asearse y simplemente tener un sitio aquel poder acudir, vi uno de esos lemas que tantas veces he leído y comprendido en mi vagabundear por libros y libros de autoayuda, "menos es más". La verdad es que el significado puede resultar más o menos esquivo porque no habla de algo que estemos acostumbrados a presenciar ni siquiera a elegir, la sola mención, la combinación de estas letras nos podría poner sobre aviso, en concreto, despertar aquellas avenidas, calles inmensas transitadas por el miedo o la desesperación. Cuántas veces no nos hemos sorprendido a nosotros mismos parafraseando las frases que hemos escuchado de otros, diciéndonos que tenemos, debemos alcanzar lo máximo posible que podamos ser en nuestras vidas. Es curioso porque la interpretación es distinta dependiendo del interlocutor. Hay personas que opinan que hay que correr en busca del dorado, aquel tesoro que se convirtió en leyenda para los españoles conquistadores del nuevo mundo. Era uno que nunca antes había podido encontrarse y en cierta forma, inancalzable porque la sola acción, el solo acto de intentar agarrarlo lo hacía desaparecer de nuestras manos. El dorado se convirtió en esto, entre otras cosas, por la capacidad de nuestra mente de anhelar más de aquello, con lo que la persecución se volvió interminable. Nunca había suficiente.
¿Qué ocurriría, sin embargo, si dejáramos de perseguir?. Este es uno de los lugares (interiores) más difíciles de transitar, en mi opinión. Desgraciadamente, la capacidad humana para decir "¡¡¡basta!!!" no está muy desarrollada y tampoco ha sido muy promovida. Simplemente, se nos escapa porque casi nunca estamos en el ahora. Para mí, para una persona interesada en la presencia de la paz, es completamente revolucionaria la cuestión de simplemente ser. No tenemos que ser nada más que lo que somos. Y eso es aterrador. Cuando me dijeron que se abría un periodo de silencio, reparé en que efectivamente llevaba mucho tiempo en uno, enmascarado en el tránsito, en el nunca estar y me sentí quizás por vez primera vez en mi vida identificado con aquellas personas, las que estaban compartiendo precisamente ese momento. Las que también creían en lo que estaban escuchando. Entonces, como una canción que viene de lo más hondo comprendí la metáfora que esta gente tiene en su mar, tatuado de algas, creciendo desde el fondo, donde haces pie incluso aunque no toques con los dedos y lo haces porque sabes que puedes hacerlo, solo eso. Dentro del agua había algas y dentro de las algas flores que asomaban como tímidas especies siendo admiradas y no viendo su camino desviado por ello. Cada immersión era como un eterno abrazo y podías sentir sus hojas tocándote como si de un pez omnipresente se tratase. Yo fui alga por unos momentos, moviéndome al ritmo que marcaba la canción que surgía de mí mismo, una que ondulaba lentamente, mientras destellos de otras manos me tocaban y me hacían doblarme y describir elipses o círculos. No he podido olvidar esa canción, la sigo teniendo en mi mente, me acompaña en mis vagabundeos mentales cuando quiero escaparme de lo esteril del papeleo que relleno todos los días. Un coro de voces cantando al unísono se agolpan en el cielo de mi cabeza y no me dejan hasta que me he mecido lo suficiente. Por eso digo que ha sido una de las mejores experiencias de mi vida, porque la llevo conmigo, porque esa sensación, aquel sentimiento soy yo.
Entonces comprendí lo que significa esa frase. Antes de todo esto, mi parte interna, concretamente la que tiene miedo, estaba aferrada a la idea de que tenía que ser alguien. Necesitaba una cohorte de personas diciéndome lo bueno que era, regalándome su fascinación, como en el sueño que tuve (inducido por Tim) donde aparezco en la calle, en la Barriada de la Alegría. Yo, al contrario que Sabina, sí que viví allí. La gente en aquel espacio, se acercaba y me rodeaba, acariciándome en la cabeza, el pelo, los hombros, dándome las gracias y en la ensoñación, no era mejor persona de lo que soy ahora. La clave está en que me gusta esa persona porque es, no pretende nada, simplemente observa y al parecer por el coro que me acompañaba, recoge lo que los otros le dan. Este es el momento en el que comprendí, contrariamente a todo lo aprendido durante mi vida, el significado del término mediocre. Al contrario de las connotaciones negativas que siempre le hemos puesto significa "medio" o "en la media" y no hay absolutamente nada malo en ello. Hay toda una existencia detrás de aquel término. Ya no me da miedo vivir una vida anónima, ser alguien que nadie conoce, principalmente porque he encontrado, he descubierto alguien que me gusta, como dije antes aquella llanura de simple existencia y no es mala, no se siente mal, no hay ningún atisbo de algo desgarrador o que pueda inducir miedo pero sí que es puro y constante. Un algo, una forma de energía y una contemplación completamente depurada. Al contrario de lo que pensé durante tanto tiempo, perdido en mitad del mar, en una isla completamente remota y casi inhabitada pude comprobar los beneficios del no ser conocido ni anhelado, del alejamiento de la obsesión.Y sienta bien, sienta muy bien.
Mis minutos musicales al final de mis entradas, como de costumbre:
https://www.youtube.com/watch?v=KXajba0vWBY
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